El romero se puede administrar internamente o de manera externa.
La fracción que se aprovecha son las sumidades floridas y las hojas, con ellas se pueden hacer diferentes remedios destinados a ayudar o aliviar diversos problemas.
También en el mercado se pueden encontrar presentaciones ya formuladas y destinadas a un tratamiento específico.
Antioxidantes. La planta de romero contiene polifenoles antioxidantes que ayudan a contrarrestar el daño oxidativo de los radicales libres y su acción en cadena. Analgésicos. Gracias a su eficaz acción antiinflamatoria, el oleolito es muy útil en caso de dolores que afectan a las zonas articulares. Además, relaja los músculos y la tensión. Estimulador de la microcirculación. El oleolito interviene en la circulación sanguínea, esto lo hace ideal para el tratamiento de varices y piernas cansadas. Además, gracias a su acción contra la retención de líquidos, el macerado también es muy útil para masajes anticelulíticos. Antimicrobiano. El romero es un antiséptico natural, por lo que el oleolito trata eficazmente la piel impura con presencia de acné, espinillas y puntos negros. Además, es un excelente humectante para la piel y brinda alivio y calmante a la piel afectada por irritación, eczema y dermatitis. Estimulador de recrecimiento. Mediante un masaje en el cuero cabelludo antes del champú, el macerado contribuye eficazmente a prevenir la calvicie y a estimular el crecimiento de un cabello sano y fuerte. Es eficaz en la suciedad del cuero cabelludo y reduce el estado de inflamación y descamación, por tanto, la caspa.
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